Double Tourbillon "Quai de l'Horloge"

by Jeffrey S. Kingston

En Breguet, el nombre «Quai de l’Horloge» evoca los orígenes de la empresa: en 1775, el fundador ­Abraham- Louis Breguet instaló su taller en el número 39 del Quai de l’Horloge, en la île de la Cité, en el centro de París. Esta dirección histórica es un destino obligado para los coleccionistas de relojes que visitan la capital francesa. Ahora, el emblemático nombre hace referencia también a uno de los relojes más excepcionales de Breguet, el Classique Double Tourbillon «Quai de l’Horloge», que combina: i.) un doble tourbillon ultracomplicado que gira con la aguja de las horas, ii.) una construcción arquitectónica espectacular que luce resplandecientes acabados artesanales, y iii.) unos grabados a mano únicos y excepcionales.
 

El examen del Quai de l’Horloge comienza, por supuesto, por la sofisticada combinación de dos tourbillons que giran al ritmo de la aguja de las horas. Los 740 componentes alojados en la caja de oro rojo dan una idea de la complejidad del movimiento. Los tourbillons, que definen el movimiento y dominan la presentación visual del reloj, son uno de los inventos más importantes de la historia de la relojería. Concebido por Abraham-Louis Breguet y patentado en 1801, el tourbillon no solo constituye la firma de la Maison, sino también un símbolo universal de la pericia relojera. 

El invento supuso una forma de neutralizar las pequeñísimas desviaciones de la marcha producidas por la gravedad y la fricción en los componentes reguladores —el volante, la espiral y el escape— que se encuentran en todos los relojes mecánicos. En una construcción estándar, en la que estos elementos están fijados al movimiento, la gravedad y la fricción pueden provocar ligeras modificaciones de la marcha del reloj, aceleraciones en ciertas posiciones verticales y ralentizaciones en otras. En la ingeniosa invención de Breguet, los elementos reguladores giran 360 grados en todo momento, pasando por posiciones de aceleración y deceleración, de modo que las ligeras desviaciones se compensan entre sí. 

La combinación de los dos tourbillons en el Quai de l’Horloge va aún más lejos. Ambos están vinculados por un elemento denominado «diferencial» que promedia sus respectivas velocidades. Por ejemplo, si la marcha diurna de uno de los tourbillons registra 1 segundo de adelanto y la del otro 1 segundo de atraso, la marcha de la combinación será perfecta, con 0 segundos de desviación por día. Otro ejemplo: si un tourbillon registra 2 segundos de adelanto al día y el otro 1 segundo de retraso, la diferencia de la marcha resultante será de +1 segundo por día.

Breguet ha dotado de una dimensión excepcional a una combinación ya de por sí ultra compleja. Ambos tourbillons están montados en una platina de oro macizo que gira al mismo tiempo que la aguja de las horas. La rotación adicional de 360 ° no solo realza el encanto del reloj, ya que los dos tourbillons se presentan constantemente en nuevos ángulos, sino que también constituye un nuevo tourbillon en la medida en que altera constantemente la posición de los componentes. De este modo, los tourbillons giran independientemente una vez por minuto y juntos una vez cada doce horas.

 

Un indicio de la complejidad del movimiento es la cantidad de piezas alojadas dentro de la caja de oro rosa: 740 componentes.

Classique Double Tourbillon Quai de l'Horloge 5345

Découvrir

En el Quai de l’Horloge, el espectáculo animado es una puesta en escena tridimensional de los principales componentes del movimiento. Lógicamente, es preferible explorar los acabados a mano de esta auténtica obra arquitectónica nivel por nivel, empezando por la platina de oro sobre la que descansan los tourbillons. Esta pieza presenta un guilloché hecho a mano con un radiante motivo flinqué que posee una peculiaridad: el término «rayonnant» hace referencia a que el motivo irradia, o se despliega, desde el centro del movimiento. 

Un incidente ocurrido durante el proceso de producción lo embelleció, no obstante, de un modo inesperado. La máquina de guilloché —que se acciona a mano, como todas las máquinas de guilloché de Breguet—, se había utilizado para crear un motivo cambiante de olas en la esfera de otro modelo. El artesano guillocheur encargado de producir placas de prueba o prototipos para el Quai de l’Horloge decidió que, como solo iba a realizar un modelo, la leva ondulada podía permanecer en la máquina. El resultado fue sorprendente e intrigante. La leva había creado un patrón en el que las líneas que partían desde el centro estaban espaciadas en ángulos ligeramente variables. Aunque esta no era la intención, los diseñadores consideraron que la sutil variación de la separación hacía más atractivo el patrón, por lo que finalmente lo conservaron.

El reverso de la platina giratoria de oro muestra un aprecio incondicional por los acabados. Aunque solo es visible por el relojero que ensambla el reloj, o por aquellos que lo revisarán más tarde, la cara oculta luce un acabado perlado.

Alrededor de la platina giratoria de oro hay un anillo fijo, también de oro y guilloché con el mismo motivo, pero rodiado para crear un contraste de color. Tiene un segmento de acero cepillado, al nivel de la corona, para aportar mayor rigidez al mecanismo de armado.
 

Up:

El motivo guilloché de la platina y del puente de oro se ha grabado a mano utilizando un torno de guilloché operado manualmente.

La platina de oro macizo presenta un guilloché realizado a  mano con una nueva versión de un motivo flinqué rayonnant diseñado con ligeras variaciones entre los ángulos de las líneas que irradian desde el centro del movimiento, lo que le añade un encanto particular al reloj.

Up:

El motivo guilloché de la platina y del puente de oro se ha grabado a mano utilizando un torno de guilloché operado manualmente.

El doble tourbillon dispone de dos barriletes —uno para cada tourbillon—, que se elevan hasta la parte superior. En muchos aspectos, se puede considerar que la construcción une dos relojes. En la esfera, la presentación de los dos barriletes es espectacular. Cada árbol de barrilete está unido a un sofisticado puente superior en forma de B calada que permite ver el muelle anidado en el interior del tambor. Cada B es, de hecho, una obra maestra. Su superficie ha sido meticulosamente acabada a mano. Los coleccionistas más exigentes, que aprecian los acabados artesanales tradicionales, inspeccionan los movimientos con sumo cuidado, buscando los famosos ángulos entrantes. Al observarlo, podemos estar seguros de que se ha respetado la tradición y de que el reloj ha sido acabado a mano por verdaderos expertos. Tomemos como ejemplo la letra Z. En la parte superior del lado izquierdo y en la parte inferior del lado derecho, la intersección de las barras rectas y oblicuas forma un ángulo entrante agudo. 

En relojería, un achaflanado refinado de un ángulo de este tipo solo se puede realizar de forma tradicional, utilizando una sucesión de limas cada vez más finas y luego una sucesión de maderas de pulir, con materiales abrasivos cada vez más finos, y, por último, para añadir el toque final de brillo, con un tallo de la ­genciana que crece de forma silvestre en el Valle de Joux. Realizar un biselado brillante y uniforme en los cantos de los componentes del movimiento, respetando plenamente la técnica manual, representa para los artesanos un enorme desafío, sobre todo cuando la forma es complicada. Solo los más experimentados son capaces de dominar el acabado en elementos tan complejos como las letras B del Quai de l’Horloge. 

¿Cómo evitan muchos relojeros este trabajo tan laborioso y exigente y racionalizan o simplifican el biselado? Diseñando movimientos con ángulos entrantes redondeados en lugar de puntiagudos. Los contornos con intersecciones redondeadas pueden biselarse rápidamente con una herramienta parecida a un cepillo de dientes eléctrico. Sería imposible utilizar este tipo de instrumento en las B de los puentes de los barriletes. 

En cada uno de ellos hay nada menos que 25 ángulos entrantes, agudos y complejos. Tan solo el achaflanado de estos dos componentes requiere muchas horas de trabajo manual por parte de los maestros artesanos de la manufactura. Las superficies de las B también están acabadas a mano. Están ligeramente abombadas, gracias a la utilización sucesiva de limas y maderas. Sin olvidar los laterales, que se han cepillado en líneas rectas.
 

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Los signos inconfundibles del mejor acabado manual son los ángulos agudos entrantes, que solo se pueden obtener con un meticuloso achaflanado hecho a mano mediante una sucesión de limas, seguido de un pulido final con palillos de

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Los signos inconfundibles del mejor acabado manual son los ángulos agudos entrantes, que solo se pueden obtener con un meticuloso achaflanado hecho a mano mediante una sucesión de limas, seguido de un pulido final con palillos de

Los tourbillons brillan con el resplandor de los acabados manuales, que se aprecian mejor con una lupa, entre ellos: el pulido espejo del pitón de la espiral y el achaflanado de los brazos de la jaula y de los ángulos agudos entrantes en las uniones de los brazos y del aro externo. Al igual que el achaflanado, el pulido espejo del pitón constituye un auténtico reto para los artesanos. La superficie debe quedar impecable, sin rayaduras ni otras imperfecciones. El artesano debe mostrar la mayor destreza cuando pule el componente contra un bloque de zinc, progresando según su experiencia y su propio tacto.

Si subimos un poco más, encontramos otras dos muestras del impresionante trabajo artesanal realizado en este reloj. La aguja de las horas es extraordinariamente compleja debido a que es doblemente funcional. Por un lado, la parte de acero azulado hace las veces de aguja de las horas propiamente dicha y de puente superior de uno de los tourbillons, mientras que, por otro, la prolongación de acero natural sirve de puente superior del segundo tourbillon. El segmento azulado se ha abombado, es decir, cuneado minuciosamente a mano con una lima. 

Esta operación es en sí extraordinariamente exigente, ya que el artesano tiene que redondear la superficie de manera uniforme a lo largo de toda su longitud. Este tipo de acabado es más difícil de realizar en la intersección de la aguja y del disco central. Como ocurre con todos los ángulos entrantes agudos, la única manera de lograr una línea nítida e impecable es a mano, utilizando limas y madera, pero como la aguja es curva, se requiere mayor destreza aún… si cabe. En la extensión, el acabado manual es ligeramente diferente: un pulido espejo en la superficie y un minucioso trabajo de lima en las intersecciones de cada extremo.
 

La aguja de las horas posee un acabado extraordinariamente detallado que combina superficies redondeadas, ángulos agudos entrantes y pulido espejo, todo realizado mediante un trabajo manual sumamente meticuloso.

El reverso del Quai de l’Horloge incorpora una auténtica obra de arte. Sobre planchas de oro macizo, los grabadores de Breguet han representado el París de finales de los siglos XVIII y XIX a vista de pájaro y en tres dimensiones. El Sena pasa cerca de la île de la Cité y bajo el Pont Neuf, el puente más antiguo de París. Los edificios que dan al río se erigieron en el Quai de l’Horloge. En el centro, por supuesto, se encuentra el taller de Abraham-Louis Breguet, en el número 39. 

Los artesanos han grabado delicadamente, con un notable sentido del detalle, no solo los edificios, con sus fachadas, ventanas y tejados, y el emblemático puente, con sus arcos, bastiones y refinada ornamentación, sino también los peatones, los coches de caballos y las embarcaciones sobre el río. Cada elemento, incluidos los ropajes de los hombres y mujeres representados, está ejecutado con tal minuciosidad que hay que mirar a través de una lupa para apreciar plenamente la obra. Los efectos de luz y sombra se crean mediante toques, con punzones casi microscópicos de formas específicas según el efecto que se desea crear. 

La precisión de los detalles sobre la chimenea del barco que navega por el Sena es particularmente impresionante. A pesar de que la placa es plana, esta parece elevarse por encima de la superficie de la obra grabada. El efecto trompe-l'œil procede del sentido de la luz y la sombra del artista así como de las técnicas específicas de grabado utilizadas para representar ambas.
 

DIBUJADO Y GRABADO A MANO

5345 DESSINÉE ET GRAVÉE À LA MAIN

El primer paso en la creación del complejo grabado de la platina principal y los puentes es un dibujo muy detallado, realizado a mano, que sirve de modelo para el grabado que se realizará posteriormente.

En el lado de la esfera encontramos un anillo horario de cristal de zafiro. Los índices están grabados con láser y rellenos de laca azul.

Breguet ha mejorado la visibilidad de todos los componentes de la esfera al dotar al Quai de l’Horloge de un cristal de zafiro de tipo glass box. En lugar de alinearse con el bisel, el cristal se eleva por encima de la caja y sus lados ocupan el lugar del bisel. Este diseño aporta más luz a la caja, resaltando los refinados elementos y acabados. 
 

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Colocación del anillo horario de cristal de zafiro.

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Colocación del anillo horario de cristal de zafiro.

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Colocación del anillo horario de cristal de zafiro.

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Colocación del glass box.

La arquitectura abierta del movimiento, junto con el cristal de zafiro de tipo glass box, que aporta una luminosidad mejorada, muestra los finos acabados y el espectáculo del movimiento de los tourbillons.

Un reloj refinado puede distinguirse de muchas maneras. Puede tener un mecanismo de vanguardia, poseer acabados artesanales excepcionales o ser una obra de arte de gran belleza. Es raro que un reloj alcance la excelencia en esos tres niveles. Este es, realmente, el caso del Breguet Quai de l’Horloge, perfecta representación de su propio nombre.

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