El único hijo del fundador, Antoine-Louis Breguet, asume el control de la compañía en 1824. Conocedor del mundo de la fabricación de relojes desde su más tierna infancia, se dedicó a continuar con la labor de su padre. Fue su hijo, Louis-Clément, quien aportó un nuevo dinamismo a Breguet, al comprender que el uso de los relojes se estaba extendiendo entre todas las clases sociales. Decide ampliar sus actividades mediante la diversificación, en particular hacia el campo de los instrumentos de medición física.
El gran Gioachino Rossini fue propietario del reloj Breguet nº 4604, un reloj muy pequeño y sencillo, con calendario, caja de oro con decoración guilloché, esfera de plata descentrada, con escape de áncora. Un reloj de gran calidad inicialmente vendido al banquero Schickler por un importe de 3600 FF en 1828. Luego fue adquirido por un tal M. Church en los años 1830. Pasó a pertenecer a Rossini que la hizo revisar en 1843. Después de la muerte del compositor en 1868, su viuda seguirá utilizando los servicios de Breguet para el mantenimiento de la pieza.