El único hijo del fundador, Antoine-Louis Breguet, asume el control de la compañía en 1824. Conocedor del mundo de la fabricación de relojes desde su más tierna infancia, se dedicó a continuar con la labor de su padre. Fue su hijo, Louis-Clément, quien aportó un nuevo dinamismo a Breguet, al comprender que el uso de los relojes se estaba extendiendo entre todas las clases sociales. Decide ampliar sus actividades mediante la diversificación, en particular hacia el campo de los instrumentos de medición física.
En 1835, el conde Axel von Fersen, sobrino de Axel von Fersen el Joven (1755-1810) y compañero más cercano de María Antonieta, compró un reloj de caza hecho en oro, tamaño miniatura, sin llave, muy delgado, con doble caja y piezas reducidas. Sin lugar a dudas, era el reloj sin llave de ajuste manual más pequeño que se había fabricado hasta entonces, antes de la aparición del reloj de pulsera a finales del siglo XIX. Representa un importante logro en el desarrollo de los relojes modernos y confirmó que la firma Breguet fue la inventora del mecanismo combinado de ajuste sin llave y ajuste manual a través de la corona. Este hallazgo debió haber causado sensación entre la prestigiosa clientela de la compañía, pues prácticamente todos los modelos fueron vendidos.