Mientras esperaba el momento de regresar a Francia, su país de adopción, durante su exilio por causa de la Revolución Francesa, Abraham-Louis Breguet trabajó intensamente en un gran número de invenciones. El 26 de junio de 1801 se convirtió en una fecha clave en la historia de la Manufactura Breguet, ya que fue cuando el relojero obtuvo la patente por un periodo de diez años de un nuevo regulador llamado "tourbillon". En 1810 crea también el primer reloj de pulsera para la Reina de Nápoles y, una década después, el cronómetro con doble segundero de observación, antepasado directo del cronógrafo moderno.