La familia Bonaparte es un extraordinario ejemplo de lealtad para con la relojería Breguet. Efectivamente, comenzando por Napoleón, casi todos los miembros de la familia fueron entusiastas coleccionistas de sus creaciones. A Napoleón le siguió Josefina en 1798 y 1800, quien reanudó contacto con la firma en 1806, y a ella le sucedió su hija, la reina Hortensia, en 1810 y 1812.