La Manufactura Breguet sigue ofreciendo relojes clásicos a su clientela tradicional. El registro de Breguet sigue recogiendo nombres notables del Reino Unido, España o Rusia, así como italianos acaudalados y numerosos príncipes alemanes y rumanos. A esta lista se incorporan además figuras públicas de Constantinopla y El Cairo, así como de lugares tan lejanos como Brasil. Por otro lado, Breguet se dedica a desarrollar instrumentos especialmente ideados para responder a las necesidades de la aviación.
Sir Winston Churchill era un cliente habitual de Breguet, a veces en calidad de comprador, como en 1928, a veces en calidad de cliente, cuando traía para revisión el reloj que lució toda su vida, el Nº 765, un excepcional cronógrafo con repetidor de minutos y segundero parcial, adquirido en 1890 por el duque de Marlborough.