Desarrollo del primer reloj de pulsera, encargado por la reina de Nápoles, finalizado en 1812.
Durante su reinado en Nápoles, Caroline Murat, joven hermana de Napoleón Bonaparte, brindó apoyo a las artes y adquirió más de 30 relojes y péndulos Breguet. En 1810, el relojero, establecido en el Quai de l’Horloge en París, empieza una creación inédita para la reina de Nápoles: un reloj concebido para ser llevado en la muñeca. Se trata del primer reloj de pulsera del mundo. Desde su entrega en 1812 a sus reparaciones en 1849 y luego en 1855 dan fe los archivos de Breguet, que trazan la historia y las características de este reloj hoy desaparecido. Esta creación, de forma oblonga y con una esfera plateada guilloché, comprendía varias complicaciones: una repetición, las fases de la Luna y un termómetro. Por último, la pulsera, hecha de pelo trenzado con hilo de oro, permitía ceñirlo fácilmente a la muñeca.