Napoleón Bonaparte

Napoleón Bonaparte

Napoleón Bonaparte fue uno de los clientes más famosos de A.-L. Breguet y compartió su interés por el arte de medir el tiempo con varios de sus allegados.

Se sabe casi con certeza que fue a través del general Leclerc y de sus compañeros de armas Berthier y Dessolle, tres clientes frecuentes de Breguet, que el general Bonaparte oyó por primera vez hablar del establecimiento del Quai de l'Horloge.

En abril de 1798, un mes antes de partir para su campaña en Egipto, el general Bonaparte adquirió tres piezas particularmente representativas de la producción de Breguet: un reloj repetidor 'con escape aislado'

N° 38, un reloj de carruaje repetidor con calendario N° 178 (el primero en su especie) y un reloj repetidor perpétuelle N° 216. Estas adquisiciones respondían a un doble propósito. Primero y principal, en su meteórico ascenso a través de las filas de la vida social y política, Napoleón buscó poseer objetos refinados que simbolizaran su poder y estatus social. En segundo lugar, por razones meramente prácticas, necesitaba llevar consigo, en sus campañas, piezas relojeras que fueran sólidas y fiables.